miércoles, 13 de agosto de 2008

Muda, infantil y con moralina

El título de esta entrada hace pensar que voy a hacer una mala crítica de Wall-E (http://es.youtube.com/watch?v=QxSLvJWshDg), la última película de animación estrenada por la Disney-Pixar. Sí que es cierto que me decepcionó un poco, pero tampoco le faltaban cosas positivas.
Era una película que en principio no pensaba ver, ya que la historia de dos robots que se enamoran no me parecía lo suficientemente atrayente como para gastar dinero en verla. Sin embargo, oí muy buenas críticas y los buenos antecedentes de Pixar (casi todos: Toy Story, Bichos, Buscando a Nemo, Los increíbles o Ratatouille) finalmente me acabaron animando.

Iba por tanto con ciertas expectativas, y ésto suele ser un error. Esta vez, desde luego, lo fue: aunque entretenida, me pareció una película sin demasiado enganche, que podría haber dejado de ver en cualquier momento si no hubiese estado en un cine. A pesar de todo, no le niego el enorme mérito de conseguir que no te des cuenta (ni tú ni los niños) de que durante la mitad de la película los personajes no hablan, que el desarrollo de la historia y los gestos estén tan conseguidos que no te de la sensación de que te hacen falta las palabras para enterarte de lo que está pasando.

Yo tenía mis dudas, pero Pixar no se ha equivocado, ha hecho una película enormemente efectiva para los niños (puedo dar fe de ello por haberla visto en una sala repleta de menores de 7 años), debido a una combinación de una historia no demasiado difícil de entender a grandes rasgos, personajes graciosos y, sobre todo, ese humor fácil tan característico de las películas mudas, y ésta en gran parte lo era. Además, estaba impregnada de una obvia moralina sobre el cuidado del medio ambiente, moralina planteada de tal modo que no me desagradaba en exceso, ya que huía del últimamente tan socorrido cambio climático, y echaba la culpa directamente al hombre, a la contaminación pura y dura, no desviaba la atención con otros asuntos.

Sin embargo, quizás de forma inevitable al tratarse de una película infantil, pecaba para mi gusto de un exceso de fe en la "bondad" del ser humano, aborregado debido al influyo de las "terribles máquinas", que son las que tienen la culpa de todo lo malo. Si la historia hubiera tenido una pizca de realidad, ésos humanos hubieran preferido mil veces quedarse para siempre en la comodidad, delante de sus pantallas y sin mover un dedo para cambiar nada. Pero claro, no estamos hablando de realidad, estamos hablando de Disney. Y Disney siempre es Disney.


Por último, señalar que con los trailers previos a la película, he hecho el gran descubrimiento de este verano, y ahora espero ansiosa el estreno de Bolt (http://es.youtube.com/watch?v=05Cn_6VWL1c), de la que espero grandes cosas, ya que sólo con el trailer me he reído más que con toda la otra película, espero que no acabe siendo uno de esas bombas de publicidad en las que la gracia de lo que anuncian no pasa de lo que aparece en el propio trailer. Recemos porque a Pixar no se le esté acabando la imaginación.

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