viernes, 5 de diciembre de 2008

Clásicas paso 1: Psicosis

Psicosis





No voy a mentir: esta película ha sido la última clásica que he visto porque me la han puesto en clase, si no hubiera sido así, no la hubiese visto. Y esto es así no porque yo no vea películas clásicas (que tampoco es que tenga un amplio bagaje pero me gustaría) sino porque las películas que no veo son las de miedo. Y es cierto lo que me han dicho mil veces, Hitchcock no hace películas de miedo, esta película no es de miedo, al menos no de miedo al estilo actual, pero yo creo que es aún más impactante, porque yo ahora lo paso mal viendo hasta fotos, por no hablar del trance de buscar el trailer... pero también he de decir que me hubiese arrepentido infinitamente de no verla, porque es, sin duda, una de esas películas que todo el mundo debería ver. 50 años después, sigue funcionando mejor que muchas películas actuales (a pesar de que nuestra mentalidad de espectadores del siglo XXI nos provoque un cierto cansancio ante el exceso de explicaciones o que no nos creamos determinadas situaciones), incluso la escena de la ducha - una de las más míticas y conocidas de la historia del cine - consigue, aunque ya la hayamos visto mil veces, impactarnos enormemente vista en su contexto.
En cuanto a los actores, la interpretación de Anthony Perkins es sublime, da tanto mal rollo que su cara se te aparece cuando apagas la luz para ir a dormir. Desde luego, eclipsa al resto del reparto, pero nombraré también a Janet Leigh porque es una diva y tiene un sorprendente talento para no pestañear y unas cejas asombrosas, y a John Gavin porque alegra enormemente la vista. Eso sí, hay un requisito necesario para poder disfrutarla: verla en versión original. En caso contrario, se pierde gran parte del encanto de la película.
No diré más, porque no quiero copiar ideas que pertenecen en realidad al mejor profesor del mundo, pero sólo añadiré que poco a poco voy abriendo los ojos para darme cuenta de que Hitchcock es el mejor contador de historias que ha dado el cine, y el que más puede enseñarnos aún a los cuasianalfabetos de este arte.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Modernas paso 1: Mamma mia

Por fin he encontrado un sentido concreto para este blog, que era lo que me faltaba para animarme a actualizar. Estableceré una cadena de películas y comentaré sobre ellas. ¿Qué es eso de la cadena de películas? Pues muy sencillo, se trata de ver distintas películas con alguna relación entre ellas, y en concreto esa relación consistirá en algún actor que aparezca en ambas. Después de verlas, realizaré un breve comentario sobre las impresiones que me han causado. Habrá dos cadenas, ya que me apetece ver tanto películas clásicas como "modernas" (entendamos el concepto "modernas" como una oposición al cine clásico). Habrá momentos en que mi propio comentario o la película (en sí misma o porque ya sea conocida por todo el mundo menos por mí) sean poco interesantes, aun así, me apetece hacerlo, me resulta curioso. Por supuesto, si alguien lee esto, está invitado a sugerir cuál puede ser la próxima película.
Comenzaré hoy con la que va a dar inicio a la cadena de películas modernas:

Mamma mia



Sí, la trama de la película es tan estúpida como deja ver su trailer pero yo tengo la firme convicción de que la clave está en ser capaz de adecuar las expectativas a aquello que uno va a ver, es decir, no pidamos peras al olmo, un musical con canciones de Abba no puede ser una película de culto, tiene que cumplir una función muy concreta (y, para mí, la cumple sobradamente): ser una película entretenida, que te alegre el día y te haga vivir unas canciones que forman parte de nuestras vidas. Vale que a los dos protagonistas jóvenes (Amanda Seyfried y Dominic Cooper), cuyo afán es casarse a los 20 años y no tienen otra expectativa en la vida, te dan ganas de matarlos de lo pastelosos que son, por no hablar de las vomitivas amigas, a las que considero casi parte del decorado, pero el resto de actores creo que hacen una aparición respetable. Los tres posibles padres (Pierce Brosnan, Colin Firth - nuestro querido Marc Darcy en Bridget, pero menos sosillo - y Stellan Skarsgård) son divertidos, las amigas de la madre (Christine Baranski y Julie Walters - que a mí me parecía la versión inglesa de Amparo Baró y es Molly Weasley en Harry Potter) son sublimes, las mejores de la película, y Meryl... Meryl merece que cambie de frase. Los más puristas de la Streep afirman que esta película es poco menos que una aberración. Para mí, por el contrario, ha sido la clave para considerarla definitivamente una de las diosas de la interpretación. Porque que una actriz de su calibre sea capaz de descender de los cielos para rebajarse a hacer esta película y pasárselo bien haciéndola... me parece digno de admiración. Y hasta cantando me ha sorprendido, que supongo que con muchos arreglos pero defendió muy dignamente las canciones, incluso las que requerían más potencia de voz (no puede decirse lo mismo de Pierce Brosnan, que me cuesta hasta describir lo mal que canta... pero es adorable y se lo perdonamos). Por tanto, yo - aunque pueda ser criticada por esto - me quito el sombrero ante una de las grandes actrices de nuestro tiempo y le agradezco que me hiciera cantar en una sala de cine.
En fin, que sí, que la película es muy tonta y muy previsible, que no lo niego... pero te permite pasar un buen rato, y se agradece.